Sólo para políticos
Paso 1.
Cree un servicio público con el dinero de los impuestos de millones de ciudadanos durante muchos años. Si no dispone de tanto tiempo, elija un servicio de los ya existentes. Cuantos más usuarios tenga el servicio, y más necesario sea, mucho mejor.
Paso 2.
Desde dentro de la dirección de dicho servicio, tome malas decisiones. Húndalo.
Paso 3.
Convenza a los ciudadanos de que dicho servicio no sirve para nada más que para tirar el dinero. Que es un servicio ruinoso, y que invertir más en él no sirve para nada. Es un servicio que da una mala atención a sus usuarios, y la gente que lo da son unos vagos y están demasiado bien pagados.
No se preocupe, si ha hecho bien el paso anterior, esto no le será difícil.
Paso 4.
En este punto los ciudadanos estarán convencidos de que por su propio bien y para solventar las cuentas del Estado, lo mejor que se puede hacer es privatizar el servicio.
Véndaselo a su mejor amigo. Si lo ha hecho bien hasta aquí, incluso será probable que salga reelegido en las próximas elecciones, ya que usted ha servido bien los intereses de sus compatriotas.
¡Bingo!
Su amigo, que ya era rico de antemano, tiene ahora mucho más dinero y dispone de una nueva empresa con millones de clientes, que además ha sido creada con el dinero de sus propios clientes.
Y no se preocupe, en el caso de que no salga reelegido, siempre tendrá garantizado un puesto en el consejo de administración de la empresa de su amigo.
Consejo final
En el caso de que sus adversarios políticos se le hayan adelantado y hayan privatizado el servicio antes que usted, nacionalícelo. Así podrá elegir si quiere controlarlo desde el propio gobierno, o si, pasados unos años, quiere volver a empezar con el proceso desde el paso 1 para hacerle un regalo a ese amigo especial.
Por 25 pesetas la respuesta, díganos ejemplos de empresas exitosas creadas de esta forma. Un, dos, tres, ¡responda otra vez!
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